Sin él, o con un déficit importante, disminuye la replicación del ADN, y esto origina un fracaso en la maduración y división celular. Se producen eritrocitos de un tamaño mayor de lo normal, con una membrana muy delgada, que son capaces de transportar oxígeno con normalidad pero, por su fragilidad, tienen una vida muy corta y se desarrolla un tipo de anemia, anemia megaloblástica.
RECOMENDACIONES
Sólo el 25-50 % del contenido dietario de folato es efectivo nutricionalmente; por ello, si se precisan 100-200 microgramos (mcg) de folato en forma efectiva para mantener los depósitos corporales, el contenido total en la dieta debería ser de 400 microgramos.
En mujeres embarazadas se requieren de 150-300 microgramos de folato absorbido para mantener un balance positivo, por lo que las recomendaciones se elevan a 800 microgramos al día. Esta ingesta no es fácil de satisfacer sin el uso de suplementos.
¿Dónde se encuentra?
El ácido fólico se llamó así porque se encontró abundantemente en las hojas verdes ("fólico" procedente del latín folium). Está ampliamente distribuido en la naturaleza, así lo encontramos en vegetales de hoja oscura, tales como espinacas, acelgas, lechuga, guisantes...
Otros alimentos que contienen folatos con alta disponibilidad son los plátanos, la lima, la piña, el hígado, el riñón y la levadura. Por el contrario, alimentos con baja disponibilidad de folatos son: zumo de naranja, lechuga y yema de huevo.
Por otro lado, las bacterias del intestino humano sintetizan cantidades significativas de folato.
A pesar de su alta presencia en nuestra alimentación es relativamente fácil, en determinadas condiciones, que se produzca déficit por que es una vitamina muy sensible al calor, al contacto con la luz y el oxígeno atmosférico. Por ello, la cocción prolongada, ya sea comercial o la que se lleva a cabo en casa (vapor, horno, hervido, fritura...), destruye el 80% del contenido en folatos de los alimentos, y esta proporción aumenta cuando se alcaliniza el agua. Por esta razón no es recomendable el uso de bicarbonato para ablandar las verduras.
Cantidad de folatos por 100 gramos de algunos alimentos:
Una cuchara sopera de levadura cerveza (313 mcg), hígado (197 mcg), espinaca cocida (131 mcg), judías rojas cocidas (122 mcg), bróculi cocido (78 mcg), lechuga romana (76 mcg), germen de trigo (70 mcg), zumo de naranja fresco (55 mcg), col cruda (40 mcg), plátano (24 mcg), yema de huevo (23 mcg).
Con estos alimentos, distribuidos de forma homogénea, se cubren las necesidades y se contribuye a una dieta equilibrada.
DIAGNOSTICO
Los síntomas de deficiencia incluyen anorexia o pérdida de apetito, náuseas, diarrea, úlceras bucales y pérdida de pelo. La deficiencia crónica se manifiesta por fatiga, lengua dolorosa e hinchada (glositis), todos ellos, síntomas típicos de anemia.
Con depósitos normales de folato, la deficiencia tarda unos 4 meses en desarrollarse. Si se mantiene una ingesta deficitaria, acaban por agotarse los depósitos corporales.
Los efectos posibles de deficiencia durante el embarazo apuntan a incidencias elevadas de abortos de repetición, defectos del tubo neural en el recién nacido (espina bífida o anancefalia), incremento en la anemia megaloblástica de la gestante y a recién nacidos prematuros y de bajo peso.
Asimismo, como consecuencia de un déficit de folatos se eleva el nivel de homocisteína en sangre. El aumento de los niveles de esta sustancia en sangre se considera como un factor de riesgo independiente en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. En diferentes estudios llevados a cabo se ha encontrado una relación directa entre niveles altos de homocisteína y patologías de tipo cardiovascular. Se sabe por estudios realizados, la importancia de los folatos y las vitaminas B6 y B12 como co-factores en los procesos metabólicos de la homocisteína. Además, se ha encontrado una relación inversa entre la concentración de dicha sustancia y los niveles de folatos en sangre.
¿Quién tiene mayor riesgo de déficit?
Existen circunstancias que afectan a los niveles de folatos y por tanto debe ser especialmente controlado el aporte externo (dietético y/o suplementario):
- Aumento de las necesidades por causas fisiológicas (embarazo, lactancia, infancia y adolescencia) o por motivos patológicos (enfermedades hematológicas: anemias, neoplásicas, metabólicas...).
- El principal aumento de los requerimientos de folato durante el embarazo es el incremento de la eritropoyesis materna (formación de eritrocitos). Durante los dos últimos trimestes de embarazo el volumen de eritrocitos total aumenta un 20-30%.
- Aporte inadecuado de alimentos ricos en esta vitamina (ver alimentos ricos en folatos).
- Absorción defectuosa debido a diferentes patologías intestinales: esprue tropical, celiaquía, resección intestinal (si afecta al yeyuno, parte del intestino delgado donde se absorbe esta vitamina).
- Absorción defectuosa debida al consumo continuado de diferentes fármacos: anticonvulsivantes, antiinflamatorios como el ácido acetilsalicílico, anticonceptivos orales, hipolipemiantes, inmunosupresores, quimioterápicos...
- El alcoholismo interfiere con la absorción de folatos o incrementa su excreción, por lo que puede conducir a déficit.
- En el curso de una deficiencia primaria de vitamina B12, el folato no se utiliza correctamente. De ahí que en el 15-25% de las deficiencias primarias de B12, aparezcan niveles de folato bajos en los eritrocitos.
- Lactantes nutridos con biberón, ya que al calentar la leche se destruyen una elevada cantidad de los folatos que contiene.
levofolinato cálcico (folaxin, isovorin) , ácido fólico (acfol, zolico)
2004